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CALOR, BIENESTAR Y VERANO

 

RESUMEN

Con la llegada de las altas temperaturas es necesario tener ideas claras acerca del calor, y seguir actitudes lógicas con lo que, además de pasar menos agobios ahorrará una gran cantidad de energía; se trata de física elemental y de un comportamiento universal - el calor se mueve de los cuerpos calientes a los cuerpos fríos, quien crea que es al contrario, se equivoca - Si Vd tiene calor y quiere abrir para que entre "fresquito", no lo haga, mire primero la temperatura que hay fuera, si en el exterior hay 40º C no se le ocurra abrir la ventana o le entrarán esos 40º C uno tras otro y... ya no los podrá sacar, tal vez, en todo el verano.

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En honor a Galileo diremos, entre otras cosas porque es muy fácil para nuestra comunidad moderna decirlo, que La Tierra se mueve en una curva cerrada parecida a una elipse y a una cierta distancia del Sol. Pero ésto es lo de menos, para los que estaban empeñados en sacarle la "verdad" a Galileo, y para nosotros, en un intento de simplificar, La Tierra permanece estática y todo lo demás se mueve a nuestro rededor, y no nos importa que nos digan que somos un punto invisible perteneciente a una estrella mediocre llamada Sol, situada en uno de los extremos de la espiral de una galaxia cualquiera de los miles de millones de galaxias que pueblan el Universo o los Universos,... que mas da, el caso es, que la Tierra en este recorrido que dura 365 días y se llama año, no tiene más remedio que balancear su eje de tal forma que unas veces los rayos solares son más directos (Verano) y otras menos (Invierno). Sistemas de coordenadas de un astro.

Nos metieron la idea de que somos el centro del universo y desde luego así es para los pobres infelices/felices que pateamos esta superficie de muy diversas y variadas maneras. Parar hacer realidad esta idea, adoptamos coordenadas diversas según convengan y el número de ellas que hagan falta, proyectando todo sobre la esfera celeste,... y en esto, llegamos al "movimiento" del Sol respecto a la Tierra en una curva que llamamos Eclíptica que alcanza un valor máximo de 23º 21´ en el solsticio de verano (Trópico de Cáncer), el día 21 de junio. Este día es el más largo del año para nuestro hemisferio y, por tanto, la noche más corta. Después, la declinación comienza a disminuir hasta aproximadamente el 21 de septiembre y es cuando ésta trayectoria del sol o Eclíptica y el Ecuador Celeste se cortan en dos puntos, en el punto Vernal o Punto Aries el 21 de marzo, y el Punto Libra el 21 de septiembre. En ambos, el día se hace igual a la noche. Naturalmente para estas medidas tomamos como sistema referente el Sistema de Coordenadas Ecuatoriales o Absolutas cuyo "eje de las x" lo llamamos Ascensión Recta y "el de las y", Declinación.

Resumiendo: - Que por unas causas o por otras, cuando llega el verano hace un calor que no hay quien lo aguante - y, éste es el problema al que hemos de intentar ponerle remedio.

La vida del hombre se desenvuelve entre unos valores medios de confortabilidad, entre los cuales ésta disminuye exponencialmente en el instante mismo en que nos apartamos del punto de equilibrio, pero este punto de equilibrio también es relativo, pues depende de la persona, de su piel, de la grasa, del trabajo en ese momento. Es decir, de la energía que gaste, de su disipación, de la capacidad de hacer frente a estos gastos energéticos o lo que es lo mismo, de su salud, de su edad, de sus costumbres, del funcionamiento interno de su organismo,... Con esta enumeración no queremos tirar balones fuera, sino aclarar que las recetas vienen siempre encorsetadas y por tanto con numerosos puntos vulnerables.

Con la llegada de las altas temperaturas es necesario tener ideas muy claras acerca del calor y seguir actitudes elementales pero no por ello menos importante. Tenerlas en cuenta ahorra una gran cantidad de energía, y,... no entramos en esta guerra de que si las compañías energéticas han hecho los deberes,... o si los politicos de turno no les han dejado hacerlos. Si un país que quiere desarrollarse, debe disponer de la energía que demanda, y no podemos echar la culpa a los consumidores que con la jornada intensiva cuando llegan a sus hogares ponen a todo trapo, y todos al tiempo, su aire acondicionado,... que para eso se está gastando sus euros.

En todos los casos hay un punto de razón, pero lo nuestro es mucho más sencillo, se trata de física elemental y universal, del segundo principio de la termodinámica o de forma más general, del comportamiento entrópico del mismo Universo - el calor se mueve de los cuerpos calientes a los cuerpos fríos -.

Si tenemos dos recintos iguales perfectamente aislados del exterior uno a 40º C y otro a 0º C separados por una ventana cerrada, los dos recintos permanecerán con esa diferencia de temperaturas, pero si abrimos la ventana ocurre que al cabo de un cierto tiempo el recinto caliente perderá calor y el frío "perderá" frío sin que nadie lo pueda remediar, quedando ambos para simplificar, a la temperatura de 20º C.

Ahora, vamos a figurarnos la casa donde vivimos; dentro vamos a suponer que estamos a 28º C y fuera de la casa a 40 º C, datos que son muy frecuentes en épocas de calor. Es muy común que esos 28º C nos produzcan una sensación de calor agobiante por lo cual decidimos abrir la ventana para que entre "fresquito" esta frase es frecuente y no sólo la frase sino la acción, no hay mas que ver, en una ciudad cualquiera, a las ocho de la noche, en pleno verano y con los 40º C cayendo, la cantidad de ventanas abiertas,... Todos ellos están seguros que les entra fresquito, pero que eso pueda ocurrir es tan "poco frecuente" como que de forma espontánea se convierta un poco de agua, en un cubito de hielo.

No vamos a negar que efectivamente cuando se abre la ventana, hay una cierta sensación agradable pues se establece corriente de aire que libera calor de nuestro cuerpo y la humedad baja al entrar aire nuevo, pero lo que estamos haciendo es un tremendo error o si lo prefieren un verdadero desastre, pues los 40º C del exterior se están metiendo en la casa, y lo malo, es que esos grados van a ser muy difíciles de sacar, ya que el ladrillo, del que están hechas las paredes, tiene una capacidad calorífica relativamente alta (que se lo pregunten a nuestras abuelas que en los fríos inviernos calentaban ladrillos que envueltos convenientemente se llevaba a la cama todos y cada uno de los miembros de la familia), característica por la cual absorverán esos 40º C, y lo que es peor, que los va a ir soltando lentamente por la noche, al estilo de horno despiadado, que terminará por dejar la casa a unas temperaturas similares a la cálida morada de don Pedro Botero.

(Recordaremos que calor especifico para una unidad de masa de sustancia o capacidad calorífica, para una masa cualquiera, es la propiedad que tienen las sustancias de almacenar calor, y casi estamos obligados a citar que el agua tiene, para entendernos, el valor unitario, y que es, también para entendernos, la más alta de todas, o dicho de otra manera, el calor especifico de las demás sustancias es menor que la unidad). Estamos pues en que, si abrimos la ventana, los 40º C del exterior se colarán en el interior, por tanto, no se puede abrir la ventan cuando la temperatura del exterior es mayor que la del interior, por supuesto no entramos en los valores relativos de confortabilidad que como hemos visto dependen de muchos factores.

Necesitamos, por tanto, saber la diferencias de temperaturas, esto es, la temperatura de fuera y la temperatura del interior, por lo cual necesitamos dos termómetros; y quede bien claro que no nos basta con nuestra sensación, aunque Vd. se crea el mejor apreciador de sensaciones de "to Kentucky", y a las pruebas me remito: Si estamos en pleno verano y Vd. es un probo trabajador que a las siete de la mañana, como un clavo, entra desde la calle (a 20 ºC) al garaje a recoger su coche recibirá como bienvenida una bofetada de calor casi inaguantable, mira el termómetro del garaje y ve que marca 28º C . Cuando regresa después de ganarse el pan, "con el sudor de su frente" observa que estar en el garaje es una delicia, está fresquísimo; va al termómetro y ve que marca 31º C. Naturalmente encuentra que es una temperatura agradable a pesar de tener 3º C más que por la mañana, y efectivamente es así, comparada con los 40º C del exterior. Con esto, sólo queremos decirle que necesita dos termómetros y que conste que no somos fabricantes de los susodichos.

Una vez conocidas las temperaturas del exterior e interior con ciertas garantías de veracidad, la acción es muy sencilla:

- Si la temperatura de fuera es mayor que la de dentro >>>>>>>>>> cerrar la ventana
- (Este caso se dará en épocas calurosas para que se hagan una idea desde las 11h, por la mañana, hasta las 23h, y a veces, dos o tres horas más tarde)
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- Si la temperatura del interior es mayor que la del exterior >>>>>>> abrir la ventana
- Ocurrirá en las horas nocturnas.

El seguimiento de éstas sencillas reglas ahorra una cantidad extraordinariamente alta de energía. Una temperatura mínima típica de épocas calurosas pueden ser unos 22º C, si Vd ventila por la noche suficientemente la casa no le va a bajar hasta esos 22º C pero si tiene cuidado desde el principio y la casa cuenta con aislantes suficientes, puede dejarla en 26º C, la cantidad de energía eléctrica que tiene que gastar para hacer esa misma acción es extraordinariamente importante o dicho de otra manera, muchísimo dinero.

 

Pero toda regla tiene sus excepciones y las que hemos expuesto más arriba no podían ser menos. Éste procedimiento no le sirve cuando la humedad es alta, como ocurre en las zonas litorales o en algunas zonas con microclimas especiales que no podemos detallar, pero en los que cada cual puede aplicar la lógica.

Tampoco le sirve en las habitaciones en donde el número de personas sea excesivo, ya que aparte del calor que pueda emitir cada una, aumenta sensiblemente la humedad relativa haciendo insoportable el ambiente.

Tampoco le servirá si una de las paredes de la habitación con escaso o nulo aislamiento está orientada de tal forma que recibe inmisericorde toda la radiación solar directa, poniendo la pared a 40º C.

Como puede comprender hay más excepciones, pero al no poder citarlas todas, apelamos a su buen sentido para resolverlas en cada caso particular.

Nota.- Naturalmente, en invierno, se pueden aplicar reglas inversas para aprovechar el calor del mediodía. Aquí las ventilaciones típicas de las primeras horas, con frío acusado, deberán ser cortas en duración e intensas en intercambio de flujo, lo que se consigue abriendo todo, en tiempos muy cortos, de tal forma que las corrientes rápidas se lleven el aire viciado pero no el calor. Pero esto es otra historia, una historia de invierno.

TERMÓMETROS Y COLOCACIÓN

Esta exposición no estaría completa si no dijeramos algo de, cómo deben ser los termómetros.

Los hay de muchas clases y precios, y no necesariamente el precio garantiza su bondad, pero recomendamos que sea de un fabricante acreditado. Fíjense, cuando vayan a comprarlo, en el detalle, de que todos los que están en la misma vitrina, marquen la misma temperatura, no se fijen en los adornos, no les interesa que sea bonito o feo, lo que le interesa es que sea práctico. Observe que el capilar no tenga manchas del liquido interno,... mercurio, creota de haya, alcohol, tolueno, etc. No recomendamos para esta función los de tipo Six-Bellani esto es, los que tienen esa forma de U y que dan máxima y mínima, en general no son buenos, a no ser que sean muy caros. Tampoco, en principio, los digitales con bulbos no suelen ser buenos ya que duran poco y dan muchos problemas; un termómetro decente debe durar toda la vida, a no ser por algún golpe o caída.

Tenga en cuenta en que lo más importante de los termómetros es el capilar, debe ser uniforme (con los no uniformes se hacen los termómetros malos) y que esté bien graduado ya que no sólo se dilata el mercurio sino también el vidrio que lo contiene. La longitud mínima recomendada es de unos 20 cm para que puedan apreciarse los grados y medios grado, aunque los hemos visto de 15 cm realmente magníficos, aunque hace falta una buena vista. Cuando haga las lecturas procure colocar los ojos a la altura de la columna del mercurio.

Como ubicar los termómetros.

El del exterior debe estar en un lugar que sea visible desde dentro sin abrir la ventana y en lugar ventilado, bien aislado de la pared con corcho o madera, ya que en caso contrario lo que se mide es la temperatura de la pared. Que no dé nunca el sol y si hay un suelo en las cercanías, como puede suceder en una terraza, lo ideal aunque no imprescindible, seria protegerlo contra la radiación indirecta o reflejada en el suelo mediante una persianita que se puede fabricar Vd. mismo y cuyas tablitas sesgadas se inclinen de tal forma que la superficie de las mismas sean perpendiculares a la radiación reflejada en el suelo de la terraza.

La colocación del termómetro del interior es más sencilla, la condición más importante es que no le de nunca el sol, aislarlo lo suficiente de la pared y naturalmente de cualquier foco calorífico interno.

Si Vd. es un sibarita de la precisión, sepa que las dificultades de medidas exactas no son exclusivas del exterior: En el interior de la casa, es sumamente difícil medir las temperaturas mínimas, por ejemplo, en verano, a las seis de la madrugada, el culpable, es la radiación de la pared que produce un gradiente térmico (variación de temperatura en el aire) considerable, que afecta al bulbo del termómetro puesto que la separación entre ambos es de muy pocos milímetros y lo que está realmente midiendo, es la temperatura de la pared, que permanece más caliente que el aire fresco que penetra del exterior. Si quisiéramos evitar esto, el bulbo debería estar por lo menos a unos 10 cm de la pared, lo cual, ni práctica y estéticamente es posible, pero no hay que apurarse, los errores producidos no son grandes, pudiéndolos cifrar entre 1º C y 2º C, lo que realmente no tiene importancia ni resuelve ningún problema practico, sólo lo citamos a titulo de información.

Con todo esto, queremos resaltar las dificultades de las medidas correctas de la temperatura, no debemos dar por buenas las temperaturas (máximas, mínimas) captadas con termómetros situados en paredes o similares (léase indicadores callejeros) por muy aislados que estén, para la medida correcta de la temperatura es absolutamente necesario el empleo de garitas meteorológicas normalizadas.

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